Un real madrazo

Hoy me lanzaron un categórico, contundente, feroz… ¡¡¡un real madrazo!!!... Así Terminé de despertar esta mañana camino al trabajo.

En realidad uno no espera a las tantas horas de la madrugada recibir un recordatorio a la madre tan pasado de fecha, y tampoco se concibe que le recuerden a la madrecita cuando lo único que se hizo es seguir las reglas.

Les voy a decir porqué….

Es miércoles, ombligo de semana, el cuerpo lo sabe y comienza a pesar un poco más, le resulta un poquito más difícil levantarse y a los ojos abrirse, pero bueno, la vida es bella, es Día de Muertos y es una fecha especial.

Sacando fuerza de las entrañas, la Almita se levanta y hace el 1, 2, 3, arriba, abajo, abriendo, cerrando, (son ejercicios no porno aclaro), es que siempre que me levanto alzo los brazos, fijo mis piernas y comienzo, así arriba y abajo, para que los músculos y los huesos atrofiados por lo menos encuentren un poco de consuelo con la estirada.

Me acicalo con especial tranquilidad, la verdad traía un chorro de sueño y una gripa naciente que me trae toda memba; me pongo mis ropas, me cepillo el cabello así viéndome al espejo y pensando, “ay almita que jodida te miras, aliviánate y sonríe”; lanzo la sonrisa entre dientes de esas que haces por cumplir porque tu cuerpo no puede, y zas, ya queda.

Me aproximo a la salida de la casa ya con todo listo, como siempre antes de abrir la puerta me persigno y le pido a Dios, a santo padre y al universo, que me acompañen, que me cuiden... y saben, son bien efectivos.

Pues ya me subo al carro, lo enciendo, veo que está empañado por la brisa; me bajo, agarro la manguera y chiiii le echo agua; acto seguido, dejo manguera, cierro la llave, me subo al carro y runnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn a los 40 km por hora porque aunque sea de mañana, uno nunca sabe que se le puede atravesar.

Ahí voy sin prisa, total faltaban 20 min para entrar a trabajar, pensé “en 7 min llego, saco los pendientes y listo, ya queda”; y me encaminé ahí voy en el runnnnnnnnnnn haciendo mis altos, mis semi-altos, respetando los semáforos y altos de cortesía.

Casi recién de que salí de casa atrás venía un carro que me siguió hasta un sitio que siempre he considerado peligroso porque no les importa a algunos y aunque su semáforo esté en rojo se lo pasan; ya van dos veces que me salvo de salir disparada, por eso siempre aunque lleve el pase libre, hago un semi-alto por amor a la vida a la mía y a la de quienes no tienen conciencia de sus actos.

Pues ya antes me habían tocado 3 altos e hice lo correspondiente, altito y runnnnnn, pero el carro que me seguía se me pegó mucho, así que pensé, que si llevaba prisa pues me rebasaría, pero no fue así; me comencé a asustar un poco, pero creo que este hombre es de esos picudos porque me la guardó el canijo hasta que llegamos a la zona que siempre he considerado peligrosa.

Hice alto total porque estaba en rojo el semáforo, el carro de atrás aceleró, se me emparejó y me dijo: “Vieja tenías que hacer, a quién se le ocurre hacer tanto pinche alto a estas horas de la mañana, chinga tu madre”… y yo :o ¡¡¡por caridad divina de la vida socórreme!!!

En pleno Día de Muertos ya casi me da un “papatús”, ahí me quede parada mientras el hombre runnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn le metió la pata al acelerador y así, en rojo, le valió que viniera un carro del otro lado y se metió y se fue; en eso pensé “precisamente por eso, por eso, siempre hago lo que me toca”.

La verdad sentí tristeza, coraje, algo así que no sé qué es, porque por cumplir las reglas o cuidar mi vida, otros se enojen, pero bueno, cada quien sus prisas, cada quien su valor, yo por lo pronto me quedé con lo bueno, las palabras del hombre más que enojarme me dieron risa, y recordar a mi santa madre tan temprano fue un honor.

Uno no es de hule, por eso aunque se tomen todas las precauciones debidas hay otros a los que les vale, está bien no hay bronca cada quien se quiere como quiere, pero óigame, eso de “mujer tenías que ser” en terrenos de maniobras automovilísticas, usualmente utilizado para quien maneja mal, también se aplica a los benditos hombres que más que precavidos parece que van haciéndose el baño.