Creo que la parte de cerebro que creí muerta tras una
fractura de cráneo infantil ¡se activo!
Y les voy a decir porqué…. A esta historia titularé...
“Que se la dejan ir… al que se deje”.
Desde anoche que la tensión previa a los resultados
electorales de EUA se apoderó del mundo, y que las redes comenzaron a inundarse
del ¿qué pasará?, ¿qué pasaría?, y el ¿qué pasó?, admito que también mi ser, de
por si ya cargado de ansiedades, se “reansiedansó” (anótenla pronto estará en
la RAE) por esa expectativa del “¿quién será el buenas harbano?”
Conforme los resultados se fueron presentando ya la
cosa pintaba pa’ donde se iría la flecha, y ahí, justo ahí en el blanco, quedó.
Era de esperarse la ola generalizada de “ahhhhhhh” que
de pronto el mundo exhaló, porque al final de cuentas, la figura del país
autonombrado no solo por su gente (que me alegra que se enorgullezcan) y por
miles de peículas, más poderoso del mundo, alzaría los brazos en señal de
triunfo.
No soy norteamericana, pero digamos que mi país queda
justo del medio pa’rriba del centro de este hermoso continente; mis visitas a
EUA han sido si no pocas, tampoco muchas, y mi contacto con el billete verde la
verdad ha sido escaso en mano, pero mucho disfrazado de peso al comprar o
consumir algún servicio en empresas extranjeras establecidas en México; no soy
una financiera, la verdad a penas puedo con mis cuentas, ¿cómo me voy a andar
mortificando por las del mundo?, pero en esta ocasión no fue así, porque me
puse de pronto en los pies de mis connacionales en “el otro lado”, en la de los
financieros del mundo que para esas horas de la noche ya habían lanzado otro
“ahhhhh” al ver como los dineros del mundo bajaban y subían como tranca palanca
y amenazaban (y al final así fue) con dejar a uno arriba y a otros atorados
abajo, muy abajo; y me puse a pensar en quien perdió, y en cómo esto
repercutiría no solo en mí, también en mi casa, mi ciudad, mi país, la tierra,
el sistema solar, la vía láctea y el universo.
Incluso, lamenté no haber ahorrado más para enfrentar
cualquier eventualidad al encarecerse algunos productos, o dispararse la cuenta
de mi casa, que en el peor de los caos, “pa que son los bienes sino pa remediar
los males”.
Al final de cuentas, y sin conformarme obviamente en
nadar con la corriente para evadir una realidad indiscutible, reposé mi cabeza
en la almohada y dormí tan profundamente como puede hacerlo alguien por quien
otros, no vivirán.
Ya por la madrugada a fuerza de trabajo y de esa
necesidad de ser útil para levantar lo caído, me tuve que despertar y darle y
darle sin perder el tino, porque ahora sí, que quien lo pierda, pues pierde el
camino; aunque suene a quebrar la piñata, pero en tiempos de tensión, de incertidumbre
y del “ahhhhhh” que solo mantienen aquellos que no tienen ánimo de luchar más,
lo único y mejor que puede hacer uno, es accionarse.
Todo tiene su área de oportunidad, y más en esta
ocasión, porque si es verdad que nos sentimos amenazados (que al final esa
amenaza se nos olvida con el primer puente, pa’ que nos hacemos), es el momento
justo para ver hacia nosotros, ver hacia nuestra familia, casa y país; escarbar
como si hubiera llegado un terremoto y explotado la bomba y resurgir del caos
(en ocasiones soy medio extremista ¿les había dicho?); de ver con qué contamos,
de donde echar mano y meterle ciencia para salir de lo malo.
Y siendo honestos ¿qué somos los mexicanos, sino
expertos en salir a flote de las peores calamidades?, por eso por los "paisas"
que están allá no me preocupo tanto, que se las ingeniarán para seguir o
decidirán regresar a la casa materna, si así lo consideran; tampoco por los
empresarios que temen perder algo, porque son lo suficientemente inteligentes
para levantarse y seguir, y es que la verdad es que el que es bueno pal negocio
lo es y ejemplos hay muchos.
Lo que sí me mortifica y mucho, es ver cómo la mayoría
ya se sentía menospreciada, sobajada, lastimada, enfurecida, en contra de un
sistema vecino que al darle ese poder, pues ese poder tendrá aunque no nos
toque ni un pelo.
Lo más fácil, siempre he dicho, es culpar al mundo
entero por lo que ocurre en el mío, pero al final, quien deja entrar a otros a
su núcleo es uno, porque determinamos a quien seguir, a quien no, a quien
omitir, y a quien ignorar.
Es el ser humano, el que decide que su silencio hable
dejando que en conjunto haga más ruido, y se acciona y se involucra para que el
estruendo sea de menor impacto.
Dicen que de los errores se aprende, por eso todos
somos reteinteligentes pero aprisionados en el temor de salir a luchar; por
eso, si en este caso ya hay un error en crecimiento, ¿qué debemos hacer para
que el impacto sea menos peor?, el próximo año hay elecciones en nuestro país,
no lo dejen al silencio y échenle, ahí una oportunidad para razonar la figura y
al equipo que podrían revertir el impacto que la potencia vecina marcó desde
una campaña cómo vendría; estoy vivo, respiro, pues hay que madrugarle y darle
duro para activar lo desactivado y para levantar lo que está flácido (sin
albur); tengo un hogar que amerita atención, pues enfóquele, porque aunque uno
esté bien jodido, los que vienen a un lado de nosotros, no tienen la culpa y en
ellos debe inyectarse la idea absoluta de que su destino será diferente para
mejor.
¿Cuántas dudas disfrazadas de certeza nos han metido a
lo largo de nuestra vida?, hemos vivido una historia que ni historia ha sido, y
si no recuerden la del Pípila que al final ni Pípila, ni piedra, ni nada (esa
si me dolí en serio); creo que perdemos demasiado tiempo en quejas, que en
realmente enfocar lo que queremos, cómo lo queremos y hasta dónde queremos
llegar.
En estos tiempos lo que ha ganado es la insatisfacción
social, (algunos para ser honestos así nacieron y quieren que el mundo se
contagie, así que mejor sáquenle la vuelta y si de plano no pueden, pues ignórenlos
al final hay que aprender a vivir con ellos) por desgracia nos dejamos tanto
agobiar por problemas que ni problemas son, que importa más lidiar con batallas
ajenas que las propias.
Quizá peco de utópica o romántica, y aunque no espero
que el mundo sea perfecto, sí espero que más personas nos pongamos las pilas
para poder elegir mejor, para exigir que nos representen como debe ser, para no
seguir corrientes externas y olvidar la que me arrastra donde estoy, para poder
romper cortinas de humo con historias que al final ni ciertas son.
Sin importar nacionalidad, status o intelectos, por sí
sola la raza humana es tan perfecta que puede salir avante de cualquier
situación con tan solo proponérselo; el ser humano es adaptable y luchador,
sabremos como sobrevivir, como dejar historias de Nostradamus o Monividentes
que lo único que logran es congelarnos como estatuas.
Encontremos la manera de activar nuestra creatividad y
nuestra verdadera necesidad, y comencemos a voltear al país que nos aguanta
todos los días, porque si es verdad que algo malo vendrá, es preferible que nos
agarre vistiendo que hicimos con nuestra máquina de cocer, que bichi esperando
que "la Ross" nos vuelva a abrir sus puertas; prefiero traer 10 pesos
en la bolsa que me alcancen pa las tortillas, que un dólar que me gastaré o en
el casino, o en la cheve, o en otra cosa que Dios sabe que le hará a mi
organismo.
Cada quien, yo mientras dormiré como quien solo vive
su vida, limpiaré mi casa, reorganizaré de manera más inteligente mis gastos
para poder decir al final, que hermosa es mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario