DE MÉXICO PARA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ

¡¡¡ HOLA MUNDO !!!

miércoles, 9 de noviembre de 2016

"Que se la dejen ir.... al que se deje"


Creo que la parte de cerebro que creí muerta tras una fractura de cráneo infantil ¡se activo!

Y les voy a decir porqué…. A esta historia titularé... “Que se la dejan ir… al que se deje”.

Desde anoche que la tensión previa a los resultados electorales de EUA se apoderó del mundo, y que las redes comenzaron a inundarse del ¿qué pasará?, ¿qué pasaría?, y el ¿qué pasó?, admito que también mi ser, de por si ya cargado de ansiedades, se “reansiedansó” (anótenla pronto estará en la RAE) por esa expectativa del “¿quién será el buenas harbano?”

Conforme los resultados se fueron presentando ya la cosa pintaba pa’ donde se iría la flecha, y ahí, justo ahí en el blanco, quedó.

Era de esperarse la ola generalizada de “ahhhhhhh” que de pronto el mundo exhaló, porque al final de cuentas, la figura del país autonombrado no solo por su gente (que me alegra que se enorgullezcan) y por miles de peículas, más poderoso del mundo, alzaría los brazos en señal de triunfo.

No soy norteamericana, pero digamos que mi país queda justo del medio pa’rriba del centro de este hermoso continente; mis visitas a EUA han sido si no pocas, tampoco muchas, y mi contacto con el billete verde la verdad ha sido escaso en mano, pero mucho disfrazado de peso al comprar o consumir algún servicio en empresas extranjeras establecidas en México; no soy una financiera, la verdad a penas puedo con mis cuentas, ¿cómo me voy a andar mortificando por las del mundo?, pero en esta ocasión no fue así, porque me puse de pronto en los pies de mis connacionales en “el otro lado”, en la de los financieros del mundo que para esas horas de la noche ya habían lanzado otro “ahhhhh” al ver como los dineros del mundo bajaban y subían como tranca palanca y amenazaban (y al final así fue) con dejar a uno arriba y a otros atorados abajo, muy abajo; y me puse a pensar en quien perdió, y en cómo esto repercutiría no solo en mí, también en mi casa, mi ciudad, mi país, la tierra, el sistema solar, la vía láctea y el universo.

Incluso, lamenté no haber ahorrado más para enfrentar cualquier eventualidad al encarecerse algunos productos, o dispararse la cuenta de mi casa, que en el peor de los caos, “pa que son los bienes sino pa remediar los males”.

Al final de cuentas, y sin conformarme obviamente en nadar con la corriente para evadir una realidad indiscutible, reposé mi cabeza en la almohada y dormí tan profundamente como puede hacerlo alguien por quien otros, no vivirán.

Ya por la madrugada a fuerza de trabajo y de esa necesidad de ser útil para levantar lo caído, me tuve que despertar y darle y darle sin perder el tino, porque ahora sí, que quien lo pierda, pues pierde el camino; aunque suene a quebrar la piñata, pero en tiempos de tensión, de incertidumbre y del “ahhhhhh” que solo mantienen aquellos que no tienen ánimo de luchar más, lo único y mejor que puede hacer uno, es accionarse.

Todo tiene su área de oportunidad, y más en esta ocasión, porque si es verdad que nos sentimos amenazados (que al final esa amenaza se nos olvida con el primer puente, pa’ que nos hacemos), es el momento justo para ver hacia nosotros, ver hacia nuestra familia, casa y país; escarbar como si hubiera llegado un terremoto y explotado la bomba y resurgir del caos (en ocasiones soy medio extremista ¿les había dicho?); de ver con qué contamos, de donde echar mano y meterle ciencia para salir de lo malo.

Y siendo honestos ¿qué somos los mexicanos, sino expertos en salir a flote de las peores calamidades?, por eso por los "paisas" que están allá no me preocupo tanto, que se las ingeniarán para seguir o decidirán regresar a la casa materna, si así lo consideran; tampoco por los empresarios que temen perder algo, porque son lo suficientemente inteligentes para levantarse y seguir, y es que la verdad es que el que es bueno pal negocio lo es y ejemplos hay muchos.

Lo que sí me mortifica y mucho, es ver cómo la mayoría ya se sentía menospreciada, sobajada, lastimada, enfurecida, en contra de un sistema vecino que al darle ese poder, pues ese poder tendrá aunque no nos toque ni un pelo.

Lo más fácil, siempre he dicho, es culpar al mundo entero por lo que ocurre en el mío, pero al final, quien deja entrar a otros a su núcleo es uno, porque determinamos a quien seguir, a quien no, a quien omitir, y a quien ignorar.

Es el ser humano, el que decide que su silencio hable dejando que en conjunto haga más ruido, y se acciona y se involucra para que el estruendo sea de menor impacto.

Dicen que de los errores se aprende, por eso todos somos reteinteligentes pero aprisionados en el temor de salir a luchar; por eso, si en este caso ya hay un error en crecimiento, ¿qué debemos hacer para que el impacto sea menos peor?, el próximo año hay elecciones en nuestro país, no lo dejen al silencio y échenle, ahí una oportunidad para razonar la figura y al equipo que podrían revertir el impacto que la potencia vecina marcó desde una campaña cómo vendría; estoy vivo, respiro, pues hay que madrugarle y darle duro para activar lo desactivado y para levantar lo que está flácido (sin albur); tengo un hogar que amerita atención, pues enfóquele, porque aunque uno esté bien jodido, los que vienen a un lado de nosotros, no tienen la culpa y en ellos debe inyectarse la idea absoluta de que su destino será diferente para mejor.

¿Cuántas dudas disfrazadas de certeza nos han metido a lo largo de nuestra vida?, hemos vivido una historia que ni historia ha sido, y si no recuerden la del Pípila que al final ni Pípila, ni piedra, ni nada (esa si me dolí en serio); creo que perdemos demasiado tiempo en quejas, que en realmente enfocar lo que queremos, cómo lo queremos y hasta dónde queremos llegar.

En estos tiempos lo que ha ganado es la insatisfacción social, (algunos para ser honestos así nacieron y quieren que el mundo se contagie, así que mejor sáquenle la vuelta y si de plano no pueden, pues ignórenlos al final hay que aprender a vivir con ellos) por desgracia nos dejamos tanto agobiar por problemas que ni problemas son, que importa más lidiar con batallas ajenas que las propias.

Quizá peco de utópica o romántica, y aunque no espero que el mundo sea perfecto, sí espero que más personas nos pongamos las pilas para poder elegir mejor, para exigir que nos representen como debe ser, para no seguir corrientes externas y olvidar la que me arrastra donde estoy, para poder romper cortinas de humo con historias que al final ni ciertas son.

Sin importar nacionalidad, status o intelectos, por sí sola la raza humana es tan perfecta que puede salir avante de cualquier situación con tan solo proponérselo; el ser humano es adaptable y luchador, sabremos como sobrevivir, como dejar historias de Nostradamus o Monividentes que lo único que logran es congelarnos como estatuas.

Encontremos la manera de activar nuestra creatividad y nuestra verdadera necesidad, y comencemos a voltear al país que nos aguanta todos los días, porque si es verdad que algo malo vendrá, es preferible que nos agarre vistiendo que hicimos con nuestra máquina de cocer, que bichi esperando que "la Ross" nos vuelva a abrir sus puertas; prefiero traer 10 pesos en la bolsa que me alcancen pa las tortillas, que un dólar que me gastaré o en el casino, o en la cheve, o en otra cosa que Dios sabe que le hará a mi organismo.

Cada quien, yo mientras dormiré como quien solo vive su vida, limpiaré mi casa, reorganizaré de manera más inteligente mis gastos para poder decir al final, que hermosa es mi vida.
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