De nuevo Sinaloa vivió momentos de pánico tras enfrentamiento entre grupo de delincuentes y agentes federales.
Pasó en Los Mochis, una ciudad que se había mantenido al margen de la ola de violencia de alto impacto que vive el estado, pero que no por ello, se mantiene libre de vagos y malandrines.
Fueron varias horas de zozobra, entre que detectaron a los 7 delincuentes, hasta cuando intervino la autoridad en la casa de seguridad, los detuvieron, los mantuvieron en custodia, los sacaron para que les mostraran mas casas de seguridad y luego cuando un avión de la secretaria de seguridad publica federal vino por ellos y se los llevo.
Los Mochis con sus no mas de 700 mil habitantes, se cimbro y vivió momentos difíciles a los que no están acostumbrados… y mientras eso pasaba en mi ciudad natal, a mi me invadían otras preocupaciones… mi mente se bloqueo de esa inseguridad pública amenazante, para concentrarme en mi inseguridad familiar, esa que en ocasiones pesa más que cualquier hecho de alto impacto.
Afortunadamente cuando hay disposición y entendimiento, todo se soluciona y así fue… por eso comprobé que mis prioridades estaban mucho más alejadas de la prioridad general, que era más importante solucionar mis asuntos que mortificarme por lo que unos delincuentes hacían o dejaban de hacer.
Es raro, pero las palabras de una empresaria mazatleca se me quedaron marcadas cuando dijo “ yo ya no escucho radio, no veo televisión ni leo periódicos en donde esta ola de violencia y narcotráfico se enfatice… para mi la nota roja ha muerto”, lo mismo hice, y el impacto fue menor, y aunque no puedo estar alejada de la realidad con la que vivo, siempre habrá cosas que resolver para el bienestar mío y de mi familia.
Así pasó quizá por eso ese hecho que asusto a muchos, para mí paso como mero tramite en una entidad como Sinaloa, un día así no falta desde hace meses… perdería la capacidad de asombro, puede ser, pero no perdí la capacidad de ocuparme de lo que realmente me interesa… mi familia.
Pasó en Los Mochis, una ciudad que se había mantenido al margen de la ola de violencia de alto impacto que vive el estado, pero que no por ello, se mantiene libre de vagos y malandrines.
Fueron varias horas de zozobra, entre que detectaron a los 7 delincuentes, hasta cuando intervino la autoridad en la casa de seguridad, los detuvieron, los mantuvieron en custodia, los sacaron para que les mostraran mas casas de seguridad y luego cuando un avión de la secretaria de seguridad publica federal vino por ellos y se los llevo.
Los Mochis con sus no mas de 700 mil habitantes, se cimbro y vivió momentos difíciles a los que no están acostumbrados… y mientras eso pasaba en mi ciudad natal, a mi me invadían otras preocupaciones… mi mente se bloqueo de esa inseguridad pública amenazante, para concentrarme en mi inseguridad familiar, esa que en ocasiones pesa más que cualquier hecho de alto impacto.
Afortunadamente cuando hay disposición y entendimiento, todo se soluciona y así fue… por eso comprobé que mis prioridades estaban mucho más alejadas de la prioridad general, que era más importante solucionar mis asuntos que mortificarme por lo que unos delincuentes hacían o dejaban de hacer.
Es raro, pero las palabras de una empresaria mazatleca se me quedaron marcadas cuando dijo “ yo ya no escucho radio, no veo televisión ni leo periódicos en donde esta ola de violencia y narcotráfico se enfatice… para mi la nota roja ha muerto”, lo mismo hice, y el impacto fue menor, y aunque no puedo estar alejada de la realidad con la que vivo, siempre habrá cosas que resolver para el bienestar mío y de mi familia.
Así pasó quizá por eso ese hecho que asusto a muchos, para mí paso como mero tramite en una entidad como Sinaloa, un día así no falta desde hace meses… perdería la capacidad de asombro, puede ser, pero no perdí la capacidad de ocuparme de lo que realmente me interesa… mi familia.
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