El día amaneció húmedo, lluvioso, sombrío, casi estático… solo el ruido de los motores madrugadores que circulaban por el mojado asfalto y la menuda lluvia , se escuchaban a esas horas de la mañana.
Al contingente de humanos que presurosos se dirigían a cualquier lugar, me uní yo, que creí que el día no pasaría de esa seria tranquilidad que envolvía el ambiente… pero no, el insípido aguacero terminó y entonces la sofocante humedad hizo suya esta tierra de Dios.
El sol se alzó por todo lo alto, brillaba y comenzó el ciclo natural del agua, de líquida a gaseosa, y fue entonces cuando la respiración comenzó a dificultarse…. No hubo más que guarecerse en un lugar frío, provisto de aires acondicionados, coolers o abanicos lo que sea que provocara un clima que reparará lo que afuera se vivía.
Las horas transcurrieron sin novedad, el trabajo habitual, las preocupaciones y tristezas personales seguían rondando la mente, hasta que en punto de las 11:06 de la mañana, una llamada alertó a quienes tenemos la fortuna de trabajar encerrados en la oficina escondiéndonos del calor… ¡¡¡ auxilio, auxilio, pidan por favor que vengan las patrullas para el caballito (es un lugar muy transitado de Culiacán), se soltó la balacera…. Corran manden a un reportero que nos diga que esta pasando aquí!!!
Aquel clamor desesperado de un hombre que no dio su nombre pero que a leguas se notaba que estaba a punto del infarto, se apago cuando colgó la llamada… imagino que buscaba donde esconderse y el suelo fue su mejor lugar… también lo fue de las decenas de personas que estuvieron ahí, presentes, al momento en que 9 personas caían abatidas por las balas. .. ni modo, pecho tierra como si se tratara esto de una guerra sin tregua.
Minutos después se nos alertó de una nueva balacera…. ¡¡¡ Atacaron la ministerial, hay dos heridos y hasta bazucas sacaron!!!…. Y escasos 5 minutos más… ¡¡¡ también acá en un taller de autos hubo balacera!!! … ¡¡los están matando a todos!! No hizo más que exclamar Manuel (el responsable de la información policíaca), quien no se daba abasto ni podía dar crédito a esta no ola, sino tsunami de balaceras que de manera simultanea se estaban registrando en Culiacán.
El saldo, 12 muertos, 3 heridos, cero detenidos…. Un comandante, varios agentes, y hasta donde me quedé dos maestros de una universidad local que ni vela tenían en ese entierro (ahora si) estaban reparando sus autos.
El calor se convirtió en infierno en menos de 30 minutos, y la psicosis de nueva cuenta se apoderó de la gente, quien ya no sabe a donde ir, quien ya desconfía hasta de su propia gente, del auto que se estaciona a su costado, de quién le habla y de quien no.
Inmediatamente después de dar esta información, comencé a recibir llamadas, mensajes, correos… ¡¡cuídate mucho por favor, no salgas!! Me dijo mi mamá… salte de Culiacán y vete a donde no haya todo esto… dijo Ana… ¡¡ que estas haciendo ahí!! me dijeron varios amigos y familiares… en fin, no creo haber sido la única a la que le plantearon tan desesperadas interrogantes.
Yo solo pensaba en las personas que quiero y que no se que hacían, ni donde estaban… comencé a llamar a mis compañeros de trabajo que siempre están en la calle… Rogelio llego diciendo que no hacia ni 5 minutos estuvo en ese lugar, ¡¡¡no me tocaba dijo!!, Juan José me recordó que esos no eran sus rumbos y que estaba bien… Manuel estaba con toda la adrenalina encima y hasta me dejó colgada al teléfono antes de pasar su reporte (sin duda estaba bien).
Afortunadamente mi familia no está aquí, y no me mortifique porque fueran mis hermanos, mi mamá, mis sobrinos o cuñados quienes hubieran estado ahí… pero no fue el caso de otras personas que tienen aquí toda su vida, de las cuales, algunas deben estar llorando la pérdida de un familiar.
Quien dijo que era fácil… pero esta es la ciudad donde vivo y por más que quiera defenderla de quienes la tachan de violenta, simplemente no puedo, esa es la realidad…. Y ahora quien podrá ayudarnos… el ejercito no ha podido, la ministerial no ha podido, el gobierno en su conjunto no ha podido… los que queremos paz, no hemos podido…
Alguien decía que hay que hacer un coliseo, así como el de Roma y que ahí se reunan los malos y que ahí se maten, lejos de los que no tienen nada que ver… que se coman como leones hambrientos y que ahí se queden hasta que sus cuerpos se conviertan en polvo.. ¡¡ Vaya idea!!
En donde estará la respuesta y la verdadera acción para terminar con este clima de zozobra y temor… con este clima de muerte… si alguien sabe, se les ruega ayuda.
Al contingente de humanos que presurosos se dirigían a cualquier lugar, me uní yo, que creí que el día no pasaría de esa seria tranquilidad que envolvía el ambiente… pero no, el insípido aguacero terminó y entonces la sofocante humedad hizo suya esta tierra de Dios.
El sol se alzó por todo lo alto, brillaba y comenzó el ciclo natural del agua, de líquida a gaseosa, y fue entonces cuando la respiración comenzó a dificultarse…. No hubo más que guarecerse en un lugar frío, provisto de aires acondicionados, coolers o abanicos lo que sea que provocara un clima que reparará lo que afuera se vivía.
Las horas transcurrieron sin novedad, el trabajo habitual, las preocupaciones y tristezas personales seguían rondando la mente, hasta que en punto de las 11:06 de la mañana, una llamada alertó a quienes tenemos la fortuna de trabajar encerrados en la oficina escondiéndonos del calor… ¡¡¡ auxilio, auxilio, pidan por favor que vengan las patrullas para el caballito (es un lugar muy transitado de Culiacán), se soltó la balacera…. Corran manden a un reportero que nos diga que esta pasando aquí!!!
Aquel clamor desesperado de un hombre que no dio su nombre pero que a leguas se notaba que estaba a punto del infarto, se apago cuando colgó la llamada… imagino que buscaba donde esconderse y el suelo fue su mejor lugar… también lo fue de las decenas de personas que estuvieron ahí, presentes, al momento en que 9 personas caían abatidas por las balas. .. ni modo, pecho tierra como si se tratara esto de una guerra sin tregua.
Minutos después se nos alertó de una nueva balacera…. ¡¡¡ Atacaron la ministerial, hay dos heridos y hasta bazucas sacaron!!!…. Y escasos 5 minutos más… ¡¡¡ también acá en un taller de autos hubo balacera!!! … ¡¡los están matando a todos!! No hizo más que exclamar Manuel (el responsable de la información policíaca), quien no se daba abasto ni podía dar crédito a esta no ola, sino tsunami de balaceras que de manera simultanea se estaban registrando en Culiacán.
El saldo, 12 muertos, 3 heridos, cero detenidos…. Un comandante, varios agentes, y hasta donde me quedé dos maestros de una universidad local que ni vela tenían en ese entierro (ahora si) estaban reparando sus autos.
El calor se convirtió en infierno en menos de 30 minutos, y la psicosis de nueva cuenta se apoderó de la gente, quien ya no sabe a donde ir, quien ya desconfía hasta de su propia gente, del auto que se estaciona a su costado, de quién le habla y de quien no.
Inmediatamente después de dar esta información, comencé a recibir llamadas, mensajes, correos… ¡¡cuídate mucho por favor, no salgas!! Me dijo mi mamá… salte de Culiacán y vete a donde no haya todo esto… dijo Ana… ¡¡ que estas haciendo ahí!! me dijeron varios amigos y familiares… en fin, no creo haber sido la única a la que le plantearon tan desesperadas interrogantes.
Yo solo pensaba en las personas que quiero y que no se que hacían, ni donde estaban… comencé a llamar a mis compañeros de trabajo que siempre están en la calle… Rogelio llego diciendo que no hacia ni 5 minutos estuvo en ese lugar, ¡¡¡no me tocaba dijo!!, Juan José me recordó que esos no eran sus rumbos y que estaba bien… Manuel estaba con toda la adrenalina encima y hasta me dejó colgada al teléfono antes de pasar su reporte (sin duda estaba bien).
Afortunadamente mi familia no está aquí, y no me mortifique porque fueran mis hermanos, mi mamá, mis sobrinos o cuñados quienes hubieran estado ahí… pero no fue el caso de otras personas que tienen aquí toda su vida, de las cuales, algunas deben estar llorando la pérdida de un familiar.
Quien dijo que era fácil… pero esta es la ciudad donde vivo y por más que quiera defenderla de quienes la tachan de violenta, simplemente no puedo, esa es la realidad…. Y ahora quien podrá ayudarnos… el ejercito no ha podido, la ministerial no ha podido, el gobierno en su conjunto no ha podido… los que queremos paz, no hemos podido…
Alguien decía que hay que hacer un coliseo, así como el de Roma y que ahí se reunan los malos y que ahí se maten, lejos de los que no tienen nada que ver… que se coman como leones hambrientos y que ahí se queden hasta que sus cuerpos se conviertan en polvo.. ¡¡ Vaya idea!!
En donde estará la respuesta y la verdadera acción para terminar con este clima de zozobra y temor… con este clima de muerte… si alguien sabe, se les ruega ayuda.
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