DAR............

En estos tiempos de locura, carreras, vueltas, tensión y estrés, nos preocupamos más por proveernos de lo que necesitamos, que de compartir un poco de lo que tenemos.

Lejos quedan para muchos adultos aquellos días en los que siendo niño, intercambiábamos juguetes con los chicos de la cuadra, en los que dar de comer al perro era una misión diaria de paciencia y desespero, en los que al ver a algún indigente exclamábamos “papá porque ese señor estar así, hay que darle de comer”, o que al ver a un vendedor de flores le decíamos “papi cómprale una a mi mamá”.

Lo recuerdo como si fuera ayer, y también recuerdo las veces que he pasado de largo a un lado de las personas que en la calle piden una moneda; de las veces en que un niño limpia el cristal del coche y le digo que no; en las veces en las que alguien ha necesitado de mi y no he estado ahí para ayudarlo.

Lamento inmensamente no cumplir con el valor de dar, pero en estas fechas no confío ni en indigentes, ni en niños que limpian cristales, no confío en el hecho de darles una moneda, porque sé que se les perjudica más…. Quizá detrás de ellos exista un padre explotador, un tipo esperando vender droga, una escuela con una butaca vacía, un ladrón en potencia.

No dar monedas ha sido mi lema durante mucho tiempo y lo he seguido al pie de la letra… en lo que sí me he fallado, es en estar más atenta de mis amigos, aquellos que tantas veces me han acompañado en momentos felices y difíciles, y como bien me comentaba uno, siempre estaremos ahí, aunque tu estés lejos, y la verdad han estado a pesar de mi ausencia.

A que nostálgica me puse pero es uno de esos días en que te gustaría ver a tu familia, amigos y seres queridos reunidos, y agradecerles su tiempo y atención.

Calidad y cantidad de amor y atención es lo que necesita el mundo para estar mejor… con un poco de eso, la alegría y tranquilidad de millones de seres humanos, estaría garantizada.